Desde el 2004, la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) prohibió el consumo de bebidas alcohólicas para los competidores de las categorías que fiscaliza por razones de seguridad y de impacto social. Pero en este 2017, en su nuevo código médico, implementó el control a través del control de alcoholemia.
En cada competencia del Mundial, se realizará un sorteo entre por lo menos tres pilotos, quienes deberán someterse al test. Los deportistas no podrán exceder los 0.10g de alcohol en sangre. En caso de superarlo, se esperarán 15 minutos y se efectuará una contraprueba.
Si continúa el resultado positivo, inmediatamente se lo excluirá del evento y, posteriormente, el Juzgado Disciplinario Internacional emitirá la sanción que puede ir desde los nueve meses hasta los 18 de suspensión de la actividad.
El test de alcoholemia se podrá llevar a cabo entre 12 horas antes de que el piloto se suba por primera vez a la moto hasta media hora después de finalizada la competencia, quedando exceptuados los ocupantes del podio en este caso, ya que podrán seguir bebiendo un sorbo de champagne luego de festejar por finalizar entre los tres primeros.
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